Papa: la ternura es derramar en el mundo el amor de Dios
El Papa les ofreció algunas ideas dirigidas hacia una teología en camino. Es decir, una teología que salga de las estrecheces en que a veces se ha encerrado y con dinamismo se dirija a Dios, tomando al hombre de la mano. Una teología no narcisista, sino tendente al servicio; una teología que no se contente con repetir los paradigmas del pasado, sino que sea Palabra encarnada.
Papa Francisco: “Que prevalezca la solidaridad en el mundo”
Queridos hermanos y hermanas, buenos días:
¡Qué valientes sois con el sol que hace en la Plaza! ¡Os felicito!
El Evangelio de hoy (véase Jn 6,1-15) relata la historia de la multiplicación de los panes y los peces. Al ver a la gran multitud que lo había seguido cerca del lago de Tiberíades, Jesús se dirigió al apóstol Felipe y le preguntó: “¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?” (V. 5). De hecho, el poco dinero que poseen Jesús y los apóstoles no es suficiente para alimentar a esa multitud. Y hete aquí que Andrés, otro de los Doce, lleva donde está Jesús a un chico que pone a disposición todo lo que tiene: cinco panes y dos peces. Pero por supuesto – dice Andrés – ¿qué es eso para tantos? (cfr., 9) ¡Qué bueno ese muchacho! Valiente. Él también veía a la multitud y veía sus cinco panes. Dice: “Tengo esto: si es necesario, está disponible”. Este chico nos hace pensar… Ese valor … Los jóvenes son así, tienen valor. Debemos ayudarlos a continuar con ese valor. Sin embargo, Jesús ordena a los discípulos que hagan que la gente se siente, luego toma esos panes y esos peces, le da gracias al Padre y los reparte (véase el versículo 11), y todos pueden comer hasta la saciedad. Todos comieron lo que querían.
Pequeños son aquellos que tienen el corazón humilde y abierto
De las lecturas bíblicas que hemos escuchado, quisiera tomar tres palabras: oración, pequeñez, sabiduría.
Oración. El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús que reza. De su corazón brotan estas palabras: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra» (Mateo 11, 25). Para Jesús, la oración surgía espontáneamente, pero no era algo opcional: solía retirarse a lugares solitarios para rezar (cf. Marcos 1, 35); el diálogo con el Padre ocupaba el primer lugar. Y los discípulos descubrieron así, de manera natural, lo importante que era la oración, hasta que un día le pidieron: «Señor, enséñanos a orar» (Lucas 11, 1). Si queremos imitar a Jesús, comencemos desde donde comenzaba Él, es decir, desde la oración.
Cristo obra en la historia por medio de su Santo Espíritu
17 Abr. 17. (VATIACNO / ZENIT )«¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
En este lunes de fiesta, llamado ‘Lunes del Ángel’, la liturgia hace resonar el anuncio de la Resurrección proclamada ayer: ‘¡Cristo ha resucitado aleluya!’. En el pasaje evangélico de hoy podemos percibir el eco de las palabras que el Ángel dirigió a las mujeres que acudieron al sepulcro: «Vayan en seguida a decir a sus discípulos: ‘Ha resucitado de entre los muertos’» (Mt 28,7)