Pero hay una segunda razón. Y es que al maligno, le interesa esparcir las medias verdades, que son tan peligrosas y dañinas o peores que la mentira misma, porque la media verdad tiene algo de cierto pero su esencia es la falsedad, dicho de otra manera, la media verdad, es una mentira, revestida de verdad. Y hay una tercera razón de por qué al demonio le interesa hablar. Y es para destruir el plan de Dios, para desvirtuarlo, diciendo “antes de tiempo” que Jesús es el Hijo de Dios.
Hay cosas que aunque sean verdad, sólo pueden ser reveladas en el momento justo, en la plenitud de los tiempos, en la madurez de los tiempos, o nunca. Por éso, el Señor, no dejaba que los demonios hablaran”. Con cariño de pastor. Mons. Rolando José.