En su homilía dominical, Monseñor Alvarez, nos recuerda que siempre el triunfo es de Cristo quien murió en la cruz por nuestras culpas, "vamos hacia la pascua del Señor, nos encaminamos a celebrar el misterio de nuestra salvación, ciertamente la muerte de Cristo, pero una muerte que lo lleva a la resurrección, al triunfo definitivo sobre el pecado y la misma muerte", afirmó.

Dios siempre respeta la libertad del hombre, y el Señor actúa hasta donde el ser humano le permita obrar, "el absoluto respeto que Él tiene de nuestra libertad, lo único que Dios no puede hacer en nuestra vida es lo que nosotros no queramos que Él haga, lo único que Dios no puede hacer en nuestra vida es lo que nosotros no le permitamos que Él haga", dijo.

También nos recordó que aunque nosotros, con nuestro pecado, nos sintamos en lo más profundo del abismonunca debemos de perder la conciencia de que Dios, Padre, nos está esperando y de esta manera iniciar nuestro proceso de conversión para regresar a Él, "el reconocer, el saber, el experimentar, el estar seguro plenamente, seguro y confiado que era su padre, su papá, hizo que aquel muchacho entrara en sí y comenzara un camino de arrepentimiento, un camino de conversión, un camino de cambio de vida", aseguró

"No nos avergoncemos, ni nos confundamos, hermanos, somos la Iglesia de los publicanos con los que el Señor come, a los que el Señor siempre invita a la conversión, a los que el Señor siempre llama y espera con amor", refiriéndose a que somos el pueblo al que el Señor simpre invita a un cambio de vida y a quienes nos espera con amor.

Alguna veces, en cambio, podemos sentir que somos mejores que los demás, o superiores a todos, y esta es una tentación del demonio que tenemos que evitar, por eso, nos sigue diciendo: "Amadísimos, también nosotros podemos correr ese riesgo de sentirnos mejor que los otros, de sentirnos más justos que los demás...No permitamos caer en ese riesgo, en esa tentación del maligno".

Al finalizar su homilía, Monseñor Rolando nos dice que en la iglesia no estamos los más santos, ni los menos pecadores, al contrario, " que aquí estamos los más pecadores y porque somos más pecadores y necesitamos mucho del Señor estamos buscándolo y nos estamos anclando y tomando de su amor y misericordia", finalizó