Estos sentimientos también nos llevan a la ruptura de las relaciones familiares y puede llegar a destruir amistades, incluso, de años. Incluyó también que una persona que guarda estos sentimientos de odio y de venganza, es capaz de perder el sentido de objetividad del juicio, y puede que desaparezcan los límites éticos, hasta llevar a la destrucción a quien se considera un enemigo: "una persona con sentimientos de odio y deseos venganza, pierde la objetividad del juicio y desaparecen las fronteras éticas, pues, se considera que todos los medios son válidos, con tal de destruir al que se considera un enemigo"; así lo expresó el Obispo de la Diócesis de Granada.
Añadió que los cristianos no debemos de responder con violencia, ya que la violencia trae más violencia, porque provoca hechos que pueden destruir el tejido de la sociedad, de esto dijo: "
A la violencia, queridos hermanos, no hay que responder con más violencia, porque se desata una espiral incontrolable de hechos de sangre que destruyen el tejido social". Siempre debemos responder respentando los límites del derecho y la justicia, que nos pueden llevar al atropello del ser humano.
Durante su homilía, reiteró que el Reino de Dios se construye sobre fundamentos totalmente diferentes de los proyectos humanos y que los seres humanos no vamos caminando con lógica, ya que esperamos cosechar lo que no hemos sembrado y que pedimos a los demás lo que nosotros mismos no somos capaces de dar a los demás.
Al finalizar su prédica Monseñor Solórzano nos hace una llamado romper el círculo vicioso del odio y la venganza, al respecto dijo: " El joven David con su noble actitud nos invita a romper el círculo vicioso del odio y la venganza y, las palabras de Jesús señalan un punto muy alto de las relaciones sociales, si nosotros, sus seguidores las pusiéramos en práctica cambiaría el lenguaje y los ánimos se sosegarían". finalizó.