El Señor quiere purificar a la humanidad a través de esta familia durante el diluvio. El agua es símbolo de purificación, de pureza. El Señor reconstruye la humanidad y los que murieron fue por la dureza de su corazón, esa muerte fue la separación con Dios, Él es Fuente de Vida.

La primera lectura nos hace ver ese primer Bautismo de la humanidad a través del diluvio, siendo ello la primera alianza, para nosotros con la Alianza del Bautismo entramos a ser hijos de Dios. El Espíritu del Señor lleva a Jesús al desierto, en esa lucha contra el mal. Jesús vence al mal. Toda la vida es un desierto, una lucha, un combate. No caigamos en el pesimismo fruto del maligno. Esos 40 días de Jesús en el desierto es la Historia de la Humanidad.

Seamos dóciles, alimentémonos cada día de la Palabra de Dios y seamos obedientes a esa Palabra. Jesús ha dado todo y está con nosotros para levantarnos el espíritu, que a veces se cae y Él viene a levantarnos, siempre y cuando le pidamos ayuda. Con el Bautismo comienza una vida nueva, el Reino de Dios está plantado en nosotros desde el Bautismo.

Luchemos con humildad y con fe, enamorémonos de Dios, invoquemos el Espíritu Santo para vencer el mal, que venga en nuestro auxilio. El mundo nos atrae con su publicidad, con la tentación de vivir en el mundo del libertinaje.

Nosotros demos apertura de la vida que Dios nos quiere dar. Empecemos con pie firme y confianza en el Señor en este Tiempo de Cuaresma. Entremos en ese mar de misericordias para celebrar la Pascua en nuestra vida. Jesús quiere resucitar en cada uno de nosotros. Así sea.

Primer Domingo de Cuaresma
21 de febrero de 2021