Subrayando que el encuentro de varias culturas es siempre un enriquecimiento para todos, el Papa agradeció a la Diócesis de Roma y a todos los que trabajan con los emigrantes para recibirlos y acompañarlos en sus dificultades, alentando a continuar con esta obra recordando el ejemplo de santa Francisca Cabrini, patrona de los emigrantes, de quien conmemoramos este año el centenario de la muerte.
“Esta religiosa valiente dedicó su vida a llevar el amor de Cristo a todos los que estaban lejos de la patria y de la familia. Que su testimonio nos ayude a preocuparnos por el hermano extranjero, en el cual está presente Jesús, a menudo sufriente, rechazado y humillado”.
Finalmente, al saludar con afecto a todos los fieles provenientes de diversas parroquias de Italia y de otros países, así como a las asociaciones y diferentes grupos, el Santo Padre dirigió su saludo particular a los estudiantes del Instituto Meléndez Valdés de Villafranca de los Barros, en España .