Aquí crecen como si fueran una verdadera familia. Les acompañan a la escuela, van a misa, hacen deporte… Los profesionales o voluntarios que les tutelan siguen a cada niño durante diversos años seguidos para crear relaciones humanas estables que les ayuden a ser finalmente autónomos. Además allí también está presentes chicos más grandes que vivieron allí y ahora van a echar una mano en las actividades cotidianas.
El Papa Francisco de la mano de algunos de los niños y niñas del centro ha conocido la historia del “Villaggio SOS”, ha visto algunos de los lugares donde juegan los chicos a diario, quienes les han enseñado sus juegos y ha merendado con ellos.
El “Villaggio SOS” sigue el modelo pedagógico y organizativo del primer centro de este tipo fundado en Austria en 1949 por Hermann Gmeiner, un estudiante de medicina austriaco a quien le llegó al corazón la situación en la que vivía centenares de niños sin ninguna relación familiar por la devastación de la guerra.